El domingo a medianoche, camino a Salto, el taxista entrerriano con quien habíamos pactado el cruce a Concordia canceló el viaje. Los taxistas uruguayos no pueden cruzar el puente. Y por llegar hasta ahí cobran lo que los argentinos facturan por la ida y vuelta completa. Los ómnibus que hacen la travesía cierran la venta de boletos con horas o días de anticipación. A las cinco de la mañana, desde Concordia, apareció la solución: el «Taxi Fuerte», que así se promociona por Whatsapp.
—¿Por qué esta es la hora en que cruzan más uruguayos para allá?, preguntamos mientras hacíamos la cola de Migraciones.
—Porque llegan cuando abren los comercios y la cosa es hacer todos los viajes que se puedan en un solo día –explicó el conductor del Taxi Fuerte.
—¿Y cuál es el récord?
—Hay quien llega a hacer...
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