El agresor de hoy es precisamente Donald Trump, que ha empezado a blandir el arma de los aranceles también contra la Unión Europea (UE), la cual, provocada, reacciona aprobando medidas proteccionistas iguales y opuestas en detrimento de una larga lista de productos fabricados en Estados Unidos.
A primera vista parece una reacción de manual. Incluso Adam Smith, el precursor de la doctrina del libre comercio, admitió represalias proteccionistas contra medidas restrictivas extranjeras. Tuvo cuidado, sin embargo, de añadir que la respuesta de la parte atacada debería apuntar a la «eliminación de los aranceles o prohibiciones que les dieron origen». Es decir, lo contempló como un arma táctica para inducir al agresor a arrepentirse y restablecer el libre comercio. Los sherpas de la UE insisten e...
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