La política de la pirueta
Si fue premeditado o no, poco importa. Tampoco si el modelo fue Macri, que como presidente de Boca Juniors o como candidato político gustaba de tirarse en palomita y deslizarse sobre el césped junto a sus campeones xeneises, o de exaltar su energía “pro” y simpática por el conurbano bonaerense. No se trata de copiar una estrategia de marketing, se trata de la política. La metáfora es cruel. La pirueta de Lacalle Pou es una “bandera”, el símbolo o la iconografía de la idea. Si antes flameaban los pedazos de tela de Aparicio o de Liber, ahora lo hacen candidatos o funcionarios cuarentones colgados de un mástil. Los asesores sostienen la cámara, gallardos y orgullosos, mientras registran esa muestra de vitalidad, o virilidad, o viralidad. El simple gesto lo que hace...
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