La crisis del coronavirus tiene una importante similitud con la otra gran crisis de nuestro tiempo, la climática: las poblaciones más afectadas han sido precisamente las más vulnerables, las menos equipadas para enfrentar una crisis. Los países que enfrentaban pagos de préstamos predatorios y regímenes de ajuste estructural simplemente no estaban preparados para hacer frente a una pandemia ni a sus consecuencias económicas.
Desde la década del 80, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han forzado la introducción de políticas de austeridad en algunos de los países más pobres del mundo, presentándolas como condición necesaria para recibir un nuevo préstamo o una tasa de interés más baja. En los papeles, estos programas de «ajuste estructural» están destinados a hacer...
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