«Soy un ciudadano que tuvo un proceso de resurrección en la política brasileña. Trataron de enterrarme vivo, pero estoy aquí para gobernar este país», dijo Luiz Inácio Lula da Silva el domingo, en su primer discurso como presidente electo. Acababa de obtener más de 60 millones de votos y de derrotar al actual presidente, Jair Bolsonaro, que superó los 58 millones, en la elección más reñida desde la redemocratización. Su retorno a la presidencia representa una de las más impactantes y vertiginosas resurrecciones de la historia política: de ir preso en 2018 y ser masacrado mediática y jurídicamente a ser electo presidente de la república en 2022. Pero no vuelve solo, sino después de construir el más amplio frente de alianzas desde la salida de la dictadura cívico-militar. Lo dejó claro en su...
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