La salida de Luiz Inácio Lula da Silva de la prisión dio respiro y esperanza a una oposición brasileña desanimada. Sin embargo, a pesar de la euforia causada por su liberación, aún no está claro qué papel jugará en la carrera rumbo a las elecciones de 2022 y en la lucha por superar el aislamiento de la izquierda.
Lula tiene el
imán. Y ese imán no es mineral: es nervioso. Con la voz ronca y firme de
siempre toca las fibras de la multitud, una rareza. El sábado la historia
volvió atrás, al menos por un rato: Lula volvió a ser cargado en andas por su
pueblo, volvió a discursar frente al Sindicato de los Metalúrgicos de San
Bernardo, en San Pablo, el mismo lugar en el que se había refugiado horas antes
de ser apresado, el 7 de abril de 2018. El ex presidente fue liberado después
de la decisión...
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