Fantasmas que sobrevuelan incansables desde un pasado terrorífico, demonios que inquietan conciencias, arpías exhumadas para cobrar cuentas y señalar culpables: un aquelarre dominó el recinto parlamentario, la historia se desplegó en tirabuzones de doble hélice, la política recobró por un momento su discutible encanto y los senadores parecieron perder la habitual condición brumosa, toda una sorpresa; incluso los insultos gratuitos, los gestos sobreactuados y los lugares comunes de legisladores irrecuperables en su mediocridad fueron contrapuntos bienvenidos. Por una vez, el Frente Amplio no pudo imponer su criterio, pero salió ganador, no así el presidente Tabaré Vázquez, que fue vapuleado más que jinete en doma.
Las venias para el pase a retiro obligatorio de cuatro
generales no obtuviero...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate