Dicen que las crisis son también oportunidades. La del agua, de momento, no sería el caso. No se han emprendido obras alternativas que permitan aumentar el volumen de agua de buena calidad para el área metropolitana, pues la represa de Belastiquí simplemente impedirá que se pierda la del curso bajo del Santa Lucía, cuyo sabor se ha hecho suficientemente conocido desde el 4 de mayo.
Tampoco la OSE ha logrado romper, hasta el momento, con su tradición de no brindar fluidamente información sobre la composición del agua que distribuye. Aunque la federación de funcionarios del organismo haya insistido –en uno de sus comunicados recientes– en algo tan sencillo como que, «si quiere transmitir tranquilidad, el gobierno tiene la obligación de mantener informada permanentemente de la situación real ...
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