—¿Qué se siente cuando se encuentran restos de personas que son buscadas hace tantos años?
—Preferiría transformar la pregunta en ¿qué se siente cuando se identifica un resto? Indudablemente, después de tanto tiempo, cuando se produce el hallazgo arqueológico es maravilloso. Pero el cambio fundamental, para mí, es cuando se identifica. Me pasa con los restos hallados en el cementerio de Avellaneda, después de 25 o 30 años de estar en una sala de resguardo identificados, por ejemplo, como AV-D23-Esqueleto 5. Cuando genéticamente coincide con una persona, automáticamente lo primero que hago es ir a la computadora para ver quién es, ver su cara, y, quieras o no, el trato con ese esqueleto es distinto. Detrás de él hay una familia, una historia. Es más que alegría, es la satisfacción de poder ...
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