Un basurero a cielo abierto - Semanario Brecha

Un basurero a cielo abierto

Vaca Muerta.

El documentalista alemán freelance Stefan Borghardt llegó a fines de 2018 a Argentina para cubrir dos eventos significativos: la cumbre del G20 y la final de la Copa Libertadores. Luego, aprovechó su estancia para poner en imágenes una denuncia de contaminación ambiental en el yacimiento de Vaca Muerta. El señalamiento de la Confederación Mapuche y Greenpeace contra Treater Neuquén SA, empresa encargada de trabajar residuos petroleros, implicaba mostrar el lado no promocionado de una de las mayores reservas de gas shale del continente. Es más, las últimas administraciones de la Casa Rosada han depositado en Vaca Muerta mucha expectativa e incluso estiman que Argentina podría ser “la Arabia Saudita del petróleo no convencional”.

Recapitulando, Borghardt estaba registrando los piletones de petróleo en la zona del yacimiento Bandurrias Sur cuando fue interceptado por personal de seguridad de forma poco amable; una vez arribados los policías de Añelo –la localidad más desarrollada en la zona–, su situación empeoró. Los uniformados le arrebataron su material fílmico, lo maltrataron física y verbalmente, y terminó pasando una noche de pesadilla en un calabozo. “Caminé alrededor de 1.500 metros sobre un suelo regado con alguna sustancia pegajosa y de color marrón oscuro que a la tierra la había vuelto muy firme; parecía cemento”, recordó Borghardt ante los medios argentinos cuando hizo pública su denuncia penal por maltratos y ataque a la libertad de prensa.

Brecha habló con el letrado Enrique Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, para conocer su parecer sobre lo sucedido. “Treaten no hace el debido tratamiento de los residuos peligrosos del yacimiento y ni siquiera cumple con la permisiva legislación neuquina. El basurero está a menos de cinco quilómetros de la ciudad de Añelo, cuando las leyes locales establecen que debería estar a, por lo menos, ocho quilómetros de distancia. Eso hace que fotografiar in situ, como lo hizo el periodista alemán, y mostrar que el basurero no cuenta con membranas de protección –lo que lleva a una certeza de afectación de los cursos de agua subterráneos– impacta en la empresa como una bala de plata. De ahí la agresividad de la respuesta recibida”, señaló sobre la compañía.

Por otro lado, más allá de lo ocurrido con el cronista alemán, Viale advierte los fuertes lazos societarios que unen a Treaten SA con el gobierno de Cambiemos. “Vaca Muerta se ha convertido en un gran negocio para la casta política que engrosa su bolsillo generando servicios para el yacimiento. Concretamente, uno de los directores de la empresa es un alto funcionario de Cambiemos. Se trata de Edgardo Cenzón, uno de los jefes de recaudación de la última campaña de (Mauricio) Macri. En su momento fue presidente de la compañía. Pero Vaca Muerta es un enorme agujero, no sólo ambiental y social, como solíamos decir, sino también económico, por los altísimos subsidios que reciben las empresas petroleras para hacer económicamente viable la ecuación del fracking, que es una actividad prospectiva muy cara”, explicó el abogado ambientalista.

A su vez, Viale traza coincidencias entre la gestión nacional anterior y la actual en lo que respecta a la permisividad ofrecida a las compañías asentadas en el lugar: “Sí, vemos una continuidad con profundización. Macri tiene en Vaca Muerta su caballito de batalla, pero también fuimos muy críticos de la postura del kirchnerismo con el fracking. Incluso, muchos de los actuales subsidios están respaldados en una normativa que fue sancionada durante los gobiernos de Néstor (Kirchner) y Cristina (Fernández).

Artículos relacionados

Edición 2003 Suscriptores
Argentina: crónica de los primeros meses de un gobierno despeinado

Estallar

Edición 2001 Suscriptores
El 24 de marzo en la Argentina de Milei

Negacionismo y resistencia

Los millonarios argentinos detrás de Milei y el shock económico

El indiscreto encanto de la burguesía

Violencia de género y protocolos en el fútbol: el caso de los clubes argentinos

La primera herramienta