La mano abierta dibujada en el molde que dejó la cal. Cinco falanges, una por dedo, incrustadas, como aferrándose al molde. Los brazos delineados a los costados, el tronco, el hueco que dejó la cabeza. El cráneo partido, con los dientes bien conservados, está a algunos centímetros, junto con otros huesos entreverados en tela; un poco más abajo se divisa la pelvis. Bajando un poco más están el fémur, la tibia y el peroné, que se adentran en el molde de cal que todavía guarda la forma de las piernas, la única parte que queda por sacar del sarcófago de cal.
El cuerpo encontrado el martes 30 de julio en el Batallón 14, cuando el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) abrió la trinchera 892, estuvo guardado más de cuatro décadas en una cápsula que se formó producto de la enorme c...
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