Los altos niveles de salinidad en el agua para consumo humano y las derivaciones provocadas a partir de ello –como el explosivo aumento de consumo de agua embotellada– son las consecuencias inmediatas de una situación extremadamente delicada. Aun así, podrían no ser las peores si en los próximos días la situación no comienza a revertirse. Mayores niveles de sodio y cloro por litro de agua o cortes programados en diferentes horarios son algunas de las alternativas más severas que se comienzan a analizar, ante la previsión de que las reservas de agua se agotarán en poco tiempo si las lluvias se mantienen por debajo de los promedios esperados.
Los efectos son indiscutibles, pero en las causas que motivaron esta situación se encuentran matices. Hay quienes presuponen que la crisis hídrica que ...
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