A tres años de la muerte de este DJ, performer, agitador y militante por la diversidad –y de cuanta causa justa que lo necesitara–, recordar su impronta es más necesario que nunca.
La mejor semblanza de quien se llamó Andrés Baute en su acta de nacimiento y Andy Spark por elección no se escribió en un medio de prensa, sino en un blog de gente que escucha discos.1 Era abril de 2015 y Andy Spark había muerto hacía menos de un mes. Un año y medio después, Federico de los Santos, el autor de aquella semblanza, también moría. Así es acá.
Mayoritariamente conocido en los círculos Lgbt, pero no únicamente, Spark había sido DJ en Alexander Disco Pub, pero también organizaba las fiestas electrodark, en las que mezclaba synth pop con gótico, post punk con industrial y siempre algún toque new romanti...
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