La reforma de la seguridad social y la campaña del FA hacia las internas: Una piedra en el zapato - Semanario Brecha
La reforma de la seguridad social y la campaña del FA hacia las internas

Una piedra en el zapato

Como era de esperar, la campaña hacia las internas de fines de junio, en las que se elegirá el candidato a la presidencia de la república por la coalición de izquierdas, tiene un escenario atravesado por el plebiscito promovido por el PIT-CNT (con apoyo de grupos del Frente Amplio) contra la reforma de la seguridad social, aprobada por el oficialismo. Y eso divide aguas, más que los posicionamientos ante un programa aprobado en diciembre que, como siempre, da lugar a distintos énfasis e interpretaciones.

Lanzamiento de campaña de Carolina Cosse, en el club Cordón, en Montevideo. MAURICIO ZINA

De los cuatro precandidatos frenteamplistas –Andrés Lima (intendente de Salto, apoyado por el Encuentro Federal Artiguista con la adhesión de grupos del interior y de algunos dirigentes sindicales, como Joselo López, de los estatales); Yamandú Orsi (intendente canario, promovido por el Movimiento de Participación Popular, la Vertiente Artiguista, Patriada y otras formaciones, y frenteamplistas independientes); el senador Mario Bergara (impulsado por Convocatoria Seregnista Progresistas), y la intendenta capitalina, Carolina Cosse (respaldada por el Partico Comunista [PCU], el Partido Socialista [PS], el Partido por la Victoria del Pueblo [PVP], Casa Grande, 5005 y la nueva formación Espacio Socialdemócrata Amplio)–, dos firmaron la papeleta para que haya plebiscito: Lima y Cosse. Los otros dos manifestaron su rechazo a la iniciativa, argumentando que causa peligros en el sistema y va contra la resolución del Frente Amplio (FA) de convocar un diálogo social sobre la seguridad social el 2 de marzo, en caso de ganar las elecciones. Lo común entre los cuatro es la oposición a la reforma aprobada.

Lima fue el primero en firmar y sus seguidores participan de la campaña de recolección de firmas. En tanto, el PCU y el agrupamiento Izquierda y Libertad (PS, PVP, Casa Grande y 5005) resolvieron participar decididamente en la juntada de firmas y esperaban el pronunciamiento de Cosse. La resolución de la intendenta se dilató durante semanas, pero poco antes de las fiestas tradicionales manifestó en una carta de dos carillas su adhesión al plebiscito y su apoyo lo hizo efectivo en la sede del PIT-CNT. Cosse afirmó que su actitud fue una forma clara de manifestar su «desaprobación» a la reforma actual. «Se trata de una mala ley, que deberá ser reformada a partir de un profundo proceso de diálogo social», señaló. Más adelante, añadió que «firmar, de alguna manera, plebiscita nuestra desaprobación a la reforma actual y promueve una reflexión colectiva necesaria al respecto. La recolección de firmas puede hacer que todos examinemos a conciencia los innegables problemas de nuestra seguridad social en el futuro […]. Firmar es manifestarse en contra de la ley y, si se alcanzan las firmas requeridas, tal y como lo establece la Constitución en su artículo 331, el tema volverá al Parlamento, y en particular a la Asamblea General. Ello nos dará la oportunidad de que sea nuevamente debatido e incluso de que surjan alternativas que sean positivas para nuestra población. Por lo tanto, considero apresurado expedirse sobre la propuesta actual». Y continuó: «Pase lo que pase, y en la responsabilidad que me toque desempeñar, mi compromiso será con la construcción de un diálogo social profundo, rumbo a una reforma que plantee una seguridad social solidaria y justa, que proteja a toda nuestra sociedad, y que a la vez sea sustentable».

ANTECEDENTES

Lo llamativo de la declaración de Cosse es su apelación al artículo 331 de la Constitución. Este dice que «por iniciativa del 10 por ciento de los ciudadanos inscriptos en el Registro Cívico Nacional» se puede presentar «un proyecto articulado que se elevará al presidente de la Asamblea General, debiendo ser sometido a la decisión popular, en la elección más inmediata». La Asamblea General, en reunión de ambas cámaras, podrá formular proyectos sustitutivos que someterá «a la decisión plebiscitaria, juntamente con la iniciativa popular», y tendrá un lapso de 60 días, después de validadas las firmas, para elaborar un proyecto que –a pesar de que el texto constitucional usa el término sustitutivo–, en realidad, es complementario. Este mecanismo se utilizó en 1966, en ocasión de la reforma constitucional que terminó con el colegiado. En su momento hubo cuatro propuestas y, por consiguiente, cuatro papeletas. Tres por iniciativa popular: una impulsada por un sector de los colorados (de color rosado) que se oponía al presidencialismo; otra, gris, con el apoyo de algunos grupos blancos, y la amarilla, propuesta por el Frente Izquierda de Liberación y la izquierda; por último, estaba la naranja, fruto del acuerdo al que llegaron legisladores blancos y colorados en la Asamblea General. En la elección se votaron las cuatro y la triunfadora fue la naranja.

En términos políticos, en la actualidad, es necesario recordar que la elaboración de una nueva propuesta exige el acuerdo del oficialismo, para darle cuórum a la Asamblea General, que se conseguiría con la mayoría absoluta de sus integrantes. Y hoy no parece que la coalición de gobierno, con la reforma aprobada, vaya a reabrir una discusión para rever los contenidos que quiere incorporar o cambiar el FA. En filas frenteamplistas, obviamente quienes no comulgan con la intendenta entienden que la apelación al artículo 331 de la Constitución fue para evitar pronunciarse –lo mismo dice la derecha– sobre el contenido de la papeleta promovida por la central sindical y algunos de sus aliados políticos. Incluso, dentro de sus apoyos más afines al plebiscito, no falta quienes sostienen que alcanzaba con decir que firmó para habilitar que el pueblo se pronunciara, sin sumergirse en otros vericuetos.

De los cuatro precandidatos, Cosse es la atacada con mayor dureza por la coalición gobernante, aunque también, en sordina, recibe fuego amigo, por ejemplo, por esa actitud dual de firmar y pretender que el contenido de la papeleta sea otro. También es cierto que su actitud intenta no confrontar con la línea del Frente de ir hacia un gran diálogo social para una nueva reforma de la seguridad social. Su gesto, el de firmar, parece responder a sus convicciones, pero también a la intención de ampararse en los sectores de mayor envergadura militante –y de más contactos capilares, como los que desarrollan comunistas, socialistas y los demás componentes de Izquierda y Libertad–, esenciales para atraer adherentes en las internas.

En las últimas semanas la campaña va tomando color y no faltan los cuestionamientos a Bergara (incluso entre los propios, que, según Búsqueda, preferirían apoyar a Orsi, pues el senador no despega, y las diferencias con el intendente canario no son tantas en función de un perfil moderado y conciliador) por su preocupación por la inseguridad: lo acusan de usar los problemas de seguridad como un botín electoral.

Pero los titulares se los lleva Cosse con la ciclovía céntrica y los tres leves accidentes ocurridos; acusaciones sobre siniestros que pueden ocurrir en cualquier calle o semáforo. El último acto de las riñas refieren al festejo por los 300 años del proceso fundacional de Montevideo. Los datos históricos sostienen que Bruno Mauricio de Zabala desembarcó en enero de 1724 para desalojar a los portugueses y dejó en el lugar una dotación de soldados, cañones e indígenas. Rara discusión en un país que celebra su independencia el 25 de agosto de 1825, cuando lo que hizo en esa fecha fue romper con el imperio de Brasil y Portugal y volver a las Provincias Unidas. Como país independiente, Uruguay surge en 1828, en un acuerdo firmado en Río de Janeiro con el aval de la corona británica.

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