Casi casi el 31. Con el último suspiro del 2019 y a modo de señal para una década de reconstrucción en el tango, apareció el nuevo disco de Malbaraje, titulado “Del mismo río”. Diez temas que continúan una temporada de sorpresas en cuanto al género montevideano.
El comienzo del álbum es una magnífica carta de presentación. Rompe el hielo con “Ahora sí”, una de las tres composiciones originales del disco, todas bajo la autoría del pianista y arreglador del grupo, Javier Toledo. Violín (Juan Cannavó), bandoneón (Sergio Astengo), piano y contrabajo (Germán Álvarez); como quien se sienta a la mesa y mira sus cartas, los cuatro instrumentistas se lucen en esta pieza con dinamismo y seguridad, tanto juntos como por separado. Ya puestos a jugar la mano siguiente, la voz de Paola Larrama completa el cuadro del grupo con un arreglo del clásico de Eladia Blázquez “Sin piel”. Una orquestación que aventura en timbres mecánicos, somatizando el verso estremecedor al que Larrama supo imprimirle un nuevo y terrible gusto.
Los temas fueron preparados uno a uno y grabados en sucesivas sesiones en los estudios Sondor por Gustavo de León. Esto quizás acentúe, en cada arreglo, cierta personalidad diferenciada, una de las principales marcas del recorrido del álbum. A los ya reseñados les sigue otro dúo instrumental-cantado: “Desde el alma” y “Baldosa floja”. Dos decisiones fundamentales fueron, por un lado, el haber zanjado el dilema de las varias letras adheridas al famosísimo vals de Rosita Melo haciéndolo instrumental, y, por otro, haberle puesto el cascabel al ritmo de milonga de “Baldosa floja”, con su justa cadencia y habilitando un punto alto en el desempeño artístico de la cantante, que no pierde tiempo en largos vibratos ni en exageradas duraciones.
El espacio profesional para el ensayo y error fue una de las claves para la cohesión, que puede encontrarse en la mayoría de los temas del álbum. Aunque se trata de su primer registro fonográfico, el grupo lleva ya más de dos años presentándose en público y, desde antes incluso de llamarse Malbaraje, ya tocaban asiduamente en el show de tango en vivo del restorán Primuseum, en la Ciudad Vieja. Porque a cada género musical le calza una cultura de oficio, y la del boliche tanguero es indispensable. Esta y otras tanguerías son verdaderos caldos de cultivo del tango montevideano, de una generación de músicos que, haciendo propia una traza, una tradición, ya desde principios del siglo vienen recomponiendo el tejido del género y han impulsado los frutos de sus agrupaciones. El potencial de la ciudad para albergar cada vez más espacios dedicados al tango con músicos en vivo es algo que ya pasó de sorprender y vaticina la aparición y el riesgo de nuevas propuestas.
Del mismo río es un álbum divertido en el sentido primordial de la palabra, es decir, ‘que lleva por varios lados’. Es lo opuesto a algo monótono. Así, abre la segunda mitad del disco (o lo que sería el primer surco del lado B) “Olvido del mismo río”, que inspira el título del fonograma. Es una canción original, a ritmo de vals, con letra de Diego Rodríguez Cubelli, poeta y bandoneonista. Una superposición de fragilidades, de pretéritos. Una pieza que se vale por sí misma y que está para ser descubierta. El camino que divierte continúa con otra composición original de Toledo: “La indecisa”. Una pieza que al escucharla no cabe definirla; no se sabe si es alegre, enérgica, melancólica o todo al mismo tiempo, o si, justamente, es a ese movimiento al que alude en su título. De curiosa ejecución, seguramente será disfrutable de escuchar junto con el resto de los temas durante la presentación del disco, este 26 de marzo en la sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre.