El 22 de enero de 1948, el embajador uruguayo en Río de Janeiro, Enrique Buero, visitó el Ministerio de Justicia de Brasil para entrevistarse con altas autoridades de esa cartera. Estaba interesado en conocer de cerca los pormenores de una reciente detención de dirigentes comunistas locales y agentes rusos que, según se denunciaba, podían tener conexiones con sus pares uruguayos. El anticomunismo se expresaba cada vez con mayor virulencia en Brasil: circulares internas de Itamaraty con fuerte tono represivo; control y prohibición de la vida sindical; ataque al Partido Comunista local, y ruptura de relaciones con la Unión Soviética eran parte importante del clima de la época.
La citada reunión derivó inmediatamente en otra instancia: la visita a nuestra embajada en Río de uno de los m...
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