El año 2013 prácticamente se inició con el surgimiento y rapidísimo ascenso de un “referente ético global”, o pretendido tal, como el papa Francisco, y se cerró con la extinción de otro, el líder negro Nelson Mandela. El sudafricano “se fue” convertido en un santo laico, venerado por tirios y troyanos. Mucho se habló en los homenajes que se le tributaron del perfil conciliador que había asumido Mandela en los últimos años de su vida. Muy poco, en cambio, del “Madiba” combatiente y de definiciones socialistas.
La elección del primer papa latinoamericano, ocurrida en vida de su antecesor renunciante (una extrema rareza), estuvo rodeada de una polémica que terminó disipándose: el pasado poco reluciente de Jorge Bergoglio durante los setenta en relación con la dictadura de Jorge Videla ocupó...
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