Jair Bolsonaro logró lo que necesitaba: sacarse una foto. «Una foto para Brasil y para el mundo», como él mismo dijo desde el camión en el que pronunció un discurso en una Avenida Paulista rebosante de público, el domingo 25, en la principal metrópolis de Brasil. Decenas de miles de personas respondieron al llamado del expresidente. Inhabilitado políticamente hasta 2030, con su situación judicial cada vez más complicada y con riesgo de prisión, Bolsonaro precisaba mostrar que la fibra que tocó para llegar al poder en 2019 y arañar la reelección en 2022 sigue activa, y que el fenómeno social que lidera sigue siendo políticamente pujante.
Cuando debió declarar en la Policía Federal, el jueves 22, en el marco de la investigación por promover un golpe de Estado, el expresidente había elegido g...
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