—En el inicio de tu libro La ofensiva sensible [Caja Negra, 2019], hablás del «valor cognitivo» de la crisis. Allí pensabas en la crisis del 2001 argentino como un momento en el que hay procesos destituyentes que permiten hacer visibles ciertos parámetros de la explotación, que en condiciones estables permanecen invisibilizados. La crisis generaría condiciones potenciales para producir conocimiento sobre ellos. ¿Cómo pensás el asunto del potencial cognitivo de la crisis en la coyuntura actual? ¿Hay condiciones para producir un conocimiento cuando la crisis, más que como derrumbe, se configura como aceleración; cuando el poder, por así decir, lejos de intentar estabilizar lo que se cae, encuentra en la destrucción activa y la inestabilización permanente una forma de dominación?
 —Todo ese ra...
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