El Ebro es el río más caudaloso de España. También uno de los más largos. Y seguramente uno de los más contaminados de toda Europa. Desde 1897 una empresa, Ercros, que hoy opera en el sector electroquímico produciendo cloro, viene echando a sus aguas todo tipo de porquerías, al punto que el río que 80 años atrás fuera una de las referencias míticas de la guerra civil española llegó a encerrar 1,2 millones de toneladas de productos tóxicos. Veinte años atrás asociaciones como Greenpeace pusieron el grito en el cielo: el Ebro era un asco. Diez años tardó el Estado en tomar nota de la alerta, luego de que se encontraran en tramos del río concentraciones de metales pesados como mercurio, cromo, zinc, plomo, cadmio, uranio y compuestos organoclorados como el hexaclorobenceno y el pestici...
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