Después de 39 muertos y más de 600 heridos, finalmente el gobierno de Nicolás Maduro y representantes de la Mesa de Unidad Democrática (mud), que agrupa al grueso de la oposición venezolana, comenzaron ayer jueves a dialogar formalmente. El milagro lo logró la misión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y a la mesa fue invitado también por las dos partes, como “testigo de buena fe”, el canciller del Vaticano. Quien llevará la palabra del papa Bergoglio será el muy apropiado para la tarea Pietro Parolín. Quedaron fuera de las discusiones, por voluntad propia, los allegados al inefable Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, el más “radical” de la oposición, actualmente detenido. Antes de que aceptaran reunirse, gobierno y mud se cruzaron. “No hay negoc...
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