“La última sesión de Freud”
Un espectador desprevenido podría sostener que el espectáculo que motiva la presente nota gira en torno a dos señores que no hacen otra cosa que hablar y que la puesta carece totalmente de acción. El espectador en cuestión acierta en un 50 por ciento: el doctor Freud y el escritor que lo visita hablan casi todo el tiempo. Cabe recordar, sin embargo, lo que un maestro ruso dejara en claro al explicar que cada vez que un actor en escena pronuncia una frase que haga pensar a la platea, eso es acción. Y aquí hay más de una frase capaz de avivar la atención de la concurrencia. El Freud al que alude el dramaturgo Mark St Germain, entrevisto en la etapa final de su existencia, tiene ocasión de referirse a un puñado de temas de por sí interesantes, pero tal cosa sucede...
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