Por supuesto, hay motivos para celebrar un alto el fuego que frenará la carnicería genocida que Israel instaló en Gaza durante 50 interminables días (véase recuadro). También hay que celebrar la extraordinaria resiliencia y resistencia tanto de la población civil gazatí como de sus organizaciones armadas –una y otras más unidas que nunca.
Si se mide teniendo en cuenta la cantidad de daños y de víctimas, podría decirse que Israel ganó. En siete semanas mató a más niñas y niños palestinos que en los últimos cinco años; y diez veces más que en la operación Escudo Defensivo sobre Cisjordania en 2002. Pero si se mide en legitimidad ganada o perdida ante la opinión pública mundial, no cabe la menor duda: Israel ha perdido décadas de credibilidad, y todas sus pérdidas han sido cosechadas por la c...
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