Pareció una respuesta casi por adelantado al hecho de que la lucha contra el terrorismo islámico, fuera de agenda, fuese de todas maneras tratado.
La cumbre de la otan en Escocia, la semana pasada, tuvo su mayor importancia no en lo previsto –decidir el despliegue de 4 mil efectivos de rápido desplazamiento en Europa para asegurar las fronteras de sus 28 miembros– sino en el encuentro lateral por el que se acordó formar una coalición de nueve países de la alianza para enfrentar al Estado Islámico, seguido por la disposición de la Liga Árabe de adherir a esa guerra, en congruencia con la estrategia de combinar esfuerzos anunciada por Barack Obama: los miembros de la otan desde el aire, y los países árabes en tierra. Ya Arabia Saudita anunció estar dispuesta a poner el cuerpo. Esa guerra, di...
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