La fascinación por su poesía, como la figura de autor que Idea Vilariño genera, es exactamente proporcional a la perturbación que despierta en algunos de sus más devotos lectores, sobre todo a partir de las publicaciones de “intimidad” que supusieron “Idea: La vida escrita” y su “Diario de juventud”.1 Lejos de serenar a nadie, la edición de la Revista de la Biblioteca Nacional2 dedicada íntegramente a la poeta “tiene el efecto de multiplicar las preguntas y cada zona abordada de su creación denuncia otros territorios posibles”, según escribe en el prólogo su directora, Ana Inés Larre Borges.
Han sido pocas las ocasiones en que una revista monográfica de la Biblioteca Nacional se decante por ser a tal punto un semillero. Y uno tan impactadamente fructífero; éste lo logra, las semillas, el f...
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