Prefiero contestarte así, Michelena, para no entrar en tu anticuada retórica de polemista. En lugar de intentar arreglar tu situación difícil, era mejor si la semana pasada contradecías las opiniones que te disgustaron: tuviste espacio para levantar una discusión de interés general y lo desaprovechaste con citas del refranero y aclaraciones que no venían al caso. Después de todo no voy a tomar tus enseñanzas sobre “técnicas lícitas de crítica literaria” y no voy a llevarme ninguno de tus cargos. No sólo volvería a escribir un artículo semejante al de hace dos semanas sino que trataría de ir a fondo en su posición, bajando –quizá– los énfasis del estilo. Volvería a hacerlo si hubiera una segunda parte de la revista que presentaste, y no me preocuparía que al responder mostraras de nuevo tu ...
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