El domingo 6 el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro sufrió la más dura derrota desde que Hugo Chávez ganó las elecciones en 1998. La izquierda que apoya el proceso incondicionalmente abarrotó las redes y los medios justificando el desastre con las viejas excusas de la campaña mediática, y la culpa, siempre presente, del imperialismo. La dirigencia venezolana, sus errores y su gestión al frente del Psuv y del Estado parecen impolutos e incuestionables. O sea, aquellos que durante 18 años los votaron y hoy les quitaron el apoyo no son seres conscientes que analizan la realidad de manera crítica, no. En algunos casos son “traidores”, en otros fueron engañados por los medios, la derecha y el imperio. Así, el proceso bolivariano se salva y se autoabsuelve de sus culpas. Un estilo de análisis...
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