“La comida es poder”, dice Gustavo en una enorme ronda de cooperativistas que reflexionan sobre cómo la escasez está afectando todos los proyectos y dejando a cada familia a la intemperie, en una situación desesperada para conseguir los alimentos de cada día. La lista de productos que han sido desviados al mercado negro por el “bachaqueo” (contrabando) es cada día mayor, y esto empieza a afectar la cohesión social, al punto que no son pocos los que temen estallidos sociales.
La contracara es la noche. En las grandes ciudades, apenas baja el sol las calles quedan desiertas, gobernadas por la soledad y la penumbra, ya que el temor a los robos hace que las familias abandonen –y eso pasa hace años ya– la tradicional sociabilidad caribeña, bullanguera, colectiva, callejera, para encerrarse en l...
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