Al lector se lo invita a la noche, frente al mar, para presenciar una escena bucólica de calma y soledad que se trunca con el impacto de una barreta de metal y un veterano tragándose los dientes que le volaron del golpe. Después viene la advertencia: “Dejate de romper las bolas con el hotel”. Así comienza un policial fuerte y formal que adquiere espíritu lúdico al desarrollarse sobre una cinta de Möbius.
En esta novela se reconocen las reglas del juego –del género–, están los personajes tipo y las partes clásicas de la historia de un golpe… pero al lector se le ofrece el lado de abajo1 de las cosas: ve el pasado de los criminales, ve sus ambiciones y está advertido de sus traiciones. Sabe mucho más de ellos que del detective (Harrison Rey no es exactamente un detective, pero desempeña esa ...
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