Parece que el primer pesebre viviente fue obra de San Francisco de Asís, quien durante la Nochebuena de 1223 convocó a los vecinos del pueblito italiano de Greccio a representar el nacimiento de Jesucristo en la iglesia local. Debido al frío, aquella noche la única figura no viviente fue la de Jesús. De esa manera, además de crear el pesebre animado, inspiró a Alfred Hitchcock en su célebre sentencia: “nunca trabajes con niños”. Mandamiento que hoy debería completarse: “a vos te estoy hablando, Freijido”.
En diciembre de 2014 en el Rock Canyon Park de la ciudad de Provo, en Utah, se estableció el récord del pesebre viviente más grande del mundo. Entre ángeles, pastores, niños y animales se reunieron 1.039 seres vivos que hacían muy poca cosa. Cabe aclarar, para evitar comparaciones que car...
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