La factura que cobra los desvíos éticos de algunos representantes políticos llegó a la puerta de todos los partidos. Sin embargo, la preocupación que quedó latente en la arena política parece estar más orientada a cuidar la imagen de los partidos de cara a la próxima campaña electoral que a modificar algunas prácticas cuestionadas por su opacidad. El balance del año pasado, en términos de transparencia, aunque negativo, no disparó ninguna medida concreta de autorregulación.
Ningún partido político quedó libre de cuestionamientos luego de que los sucesivos casos de irregularidades estallaran en el correr del año pasado. La temporada arrancó con la detención del diputado suplente del Partido Colorado Francisco Sanabria, por la estafa en el Cambio Nelson; le siguió el caso del vicepresidente ...
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