En el verano de 2008 siete veinteañeros acampantes en Santa Teresa enfrentaron, con unos pocos instrumentos acústicos, a un billón de hormonas hambrientas. De esa lid surgió una banda instrumental de culto, la Mushi Mushi Orquesta, que esta noche vuelve a tocar como si la vida nunca la hubiese dispersado.1
—¿Por qué el nombre Mushi Mushi?
—Tiene que ver con nuestra historia, en el verano de 2008 fuimos a acampar a Santa Teresa y llevamos instrumentos acústicos, guitarra, xilofón, percusión, que podés usar sin energía eléctrica. Surgieron temas sencillos y cierta estética que después nos caracterizó, vertebrada por la música acústica. En ese momento, además de ser guachos con las hormonas al palo, estábamos enloquecidos con Kusturica y Yann Tiersen, ¿lo tenés?
—No.
—Seguro que lo tenés, ¿vi...
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