En medio de los festejos por haber quedado fuera del Mundial en el partido de cuartos de final, el argumento más escuchado para justificar que lo logrado es maravilloso es el de la demografía. El argumento cuenta, supongo, con un vago prestigio estadístico, ilustrado por reflexiones muy populares últimamente, del tipo “si en Uruguay sale un crack, en Brasil salen cincuenta”. Lo que nadie se pregunta es por qué si en Uruguay sale un crack, en China no salen 404, que es la proporción correcta en relación con las poblaciones.
Tener una población más o menos grande y jugar al fútbol más o menos bien son fenómenos paralelos sin contacto conocido. Gigantes poblacionales como India, Pakistán o Indonesia quedaron miserablemente fuera en sus respectivas series. Del otro lado, Islandia, con una pobl...
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