El amigo fantasma es una pieza iniciática que marca la primera dirección del actor Robert Moré y el primer texto escrito por la periodista Fernanda Muslera. Una de las inspiraciones de Muslera fue el libro El velo pintado, de William Somerset Maugham (1925), que ha tenido varias versiones cinematográficas (la más reciente protagonizada por Edward Norton y Naomi Watts) y del cual toma esa necesidad de búsqueda del personaje femenino. La escena muestra a un grupo de amigos profesionales (un biólogo, una actriz, una abogada y un filósofo) que se reúnen para conversar y para realizar un ritual interno que denominan “guerra de historias”. Estos personajes presentados como freaks discuten sobre temas mundanos, atravesados por sus miradas científicas y artísticas; poco a poco develan un hecho violento del pasado que no ha sido saldado y que trae a primer plano a un personaje ausente: el quinto integrante. El tono de thriller se instala.
Moré trabaja junto a Hugo Millán para elaborar una escenografía costumbrista y utilitaria que contextualiza a este grupo de amigos en el líving de una casa. Los actores adquieren así un rol central en esta puesta donde lo que importa es lo dialógico. En una primera escena cargada de humor, los personajes instalan el juego, que rescata las antiguas formas de narración y propone una competencia creativa e intelectual. Pronto el tono cambia cuando la abogada (Aline Rava) incorpora un tema del pasado que involucra a un amigo no presente, y que los personajes sienten como a un amigo fantasma que se encuentra aún entre ellos. El tono de la escena se modifica y comienza a instalarse la extrañeza, trabajada por Moré con intromisiones abruptas de música (compuesta por Sergio Fernández Cabrera) y juegos de luz.
Dado el carácter de thriller, no conviene develar datos de la anécdota, pero el texto recuerda en su construcción a los clásicos del género policial en la búsqueda del asesino. Muslera trabaja sobre las etiquetas sociales y desliza en segundo plano una reflexión (tal vez no buscada) sobre la violencia de género y las clases socioculturales. Moré profundiza en la resolución del misterio incorporando flashbacks que actualizan los recuerdos de los personajes, revelando al espectador aquel pasado oculto.
Hay en El amigo fantasma una escritura y una puesta clásicas, que se apoyan en el nexo que los actores logran establecer a partir de personajes fuertemente dialógicos. Destacan la composición de Leticia Cacciatori en el rol de histriónica actriz y la de Gustavo Bianchi como un biólogo obsesivo. Al igual que los cambiantes tonos de la puesta, los diálogos transitan momentos de construcciones coloquiales llanas y de reflexiones científico-profesionales que colocan a los personajes en ese extraño punto entre lo terrenal y lo pretendidamente elevado. El interés mayor radica en la elaboración del misterio y la evolución hacia la sorpresa con la que trabaja el género policial, poco visto en nuestras tablas.