Cine Joven brinda a los jóvenes herramientas críticas para analizar contenidos audiovisuales, programar y gestionar salas de cine, además de favorecer el encuentro entre adolescentes de contextos diversos. Este año un grupo de jóvenes participó en talleres y jornadas de aprendizaje sobre el lenguaje audiovisual, para luego llevar a cabo el ciclo “Rompé el círculo” en varias salas de Montevideo, donde proyectaron películas que seleccionaron juntos.
—¿Cuáles fueron los orígenes de esta iniciativa?
—“Rompé el círculo” es un ciclo programado por jóvenes, que surge del proyecto Cine Joven, impulsado este año desde la Oficina de Locaciones de la Intendencia de Montevideo en colaboración con Inju, Secretaría de Juventud de la Intendencia, Utu Audiovisual e Inau. De mayo a julio se abrió una convocatoria que invitaba a participar a Jóvenes en Red, jóvenes de Utu y de Centros Juveniles. En el mes de agosto comenzamos el trabajo con los ocho jóvenes participantes: fueron diez días de talleres de programación, visionado colectivo de películas, taller de lenguaje cinematográfico y taller de análisis de imagen con perspectiva de género. Finalizamos con la selección de cuatro películas y también definimos la propuesta de comunicación y de identidad del ciclo: el nombre “Rompé el círculo” fue determinado por ellos con base en la programación que habían hecho.
—En su página web, ustedes plantean que su actividad se basa en cuatro ejes: la transformación social, la exploración de formas económicas alternativas, la promoción de una cultura libre y el re-encantamiento de la vida cotidiana, así como la construcción de comunidad. ¿Cómo es que el cine vehiculiza esos planteos?
—Tuvimos como eje proporcionar herramientas para la programación y gestión de muestras de cine, aumentar el conocimiento de la cultura cinematográfica independiente nacional y latinoamericana, favorecer el encuentro entre jóvenes de diferentes barrios y generar herramientas para la autonomía en el desarrollo de ocio alternativo. El proyecto se fue delineando a partir de los objetivos: se trata de una iniciativa de formación de públicos activa, que además abarca otras líneas de acción, vinculadas con el desarrollo de nuevas herramientas y capacidades.
—¿Cuáles fueron los motivos por los que se eligió específicamente trabajar con cine latinoamericano?
—Responde a una política transversal de formación de públicos que se desarrolla en otros proyectos de la Oficina de Locaciones de la Intendencia de Montevideo. Por un lado, por cómo están dadas las condiciones en la exhibición del cine a nivel mundial, el acceso a películas de cine latinoamericano, incluyendo el uruguayo, no es muy fácil para jóvenes y adolescentes. Por otro, el criterio de preselección fue justamente apelar a filmes que, desde una diversidad de temáticas y propuestas narrativas, fueran cercanos a un público joven, y en ese sentido los procesos de autodescubrimiento y la construcción de identidad son claves. Así que este proyecto busca ampliar el universo cinematográfico de los y las jóvenes participantes, con películas de cine regional en las que las historias e imaginarios planteados son más propios y cercanos, e impulsar su curiosidad para que sigan descubriendo otro tipo de cine además del que pueden encontrar en las salas comerciales.
—En relación con el público, ¿cómo ha sido su respuesta?
—La respuesta del público ha sido interesante y diversa. La descentralización es otro de los elementos clave, por lo que se programó cada película en una sala pública de la ciudad: Sala Zitarrosa, Complejo Sacude Casavalle y Centro Cultural Goes. Tratamos de acercar grupos de jóvenes a ver las películas, pero nos encontramos con que son unas fechas con muchas actividades, así que el público fue general en todas las funciones, también apelando a un trabajo sostenido que las salas vienen realizando durante todo el año. El sábado 10 de noviembre se exhibió la última función al aire libre, en el marco de Mojo (Movida Joven) y el Día del Cine Nacional, en la plaza República Española. La película fue Mi mundial, de Carlos Morelli.
—¿Este proyecto tendrá alguna continuidad?
—Cine Joven ha sido una muy buena experiencia para todas las partes, así que la idea es continuar el proyecto. Ya estamos trabajando para desarrollar la segunda edición en 2019.