Las tres jóvenes punks rusas que fueran condenadas la semana pasada en Moscú a dos años de prisión por “vandalismo y odio religioso” tras haber realizado una “misa punk anti Putin” en una catedral, se han convertido en lo que el New York Times llamó todo un fenómeno mediático global. El viernes último, a la hora en que en Rusia se leía la sentencia del tribunal que las juzgaba, se hacían más de 60 concentraciones en todo el mundo reclamando que no se las condenara. Pidieron su liberación Madonna, Sting, Paul McCartney, los Red Hot Chili Peppers, Patti Smith, Bjork y otras estrellas del pop y el rock. Por su condena clamó la Iglesia Ortodoxa, fiel aliada de Vladimir Putin. El patriarca Cirilo I, jefe de los ortodoxos, había calificado de “celestial” la gestión del presidente unas semanas a...
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