“Hijos de Mengele y de la Coca-Cola”, se llamaban a sí mismos los jóvenes del 68 alemán que se rebelaban en aquel momento contra el pasado nazi de su país y el presente de alineamiento de su dirigencia política con Estados Unidos. “La generación de los hijos está llamada a asumir el proceso de desnazificación que la Alemania de posguerra no hizo”, decía por entonces uno de los líderes de la revuelta juvenil, Rudy Dustchke, que moriría poco después como consecuencia de un atentado de la ultraderecha. El proceso no fue culminado, y “ahora son los nietos los que deben sentar las bases para que aquel pasado horroroso no se repita”, tomó la posta hace algunos días el nieto de un oficial de las ss, las fuerzas de choque del régimen de Hitler. El lunes 20 unas 300 personas, entre ellas muchos ni...
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