Es casi tres veces más alto y seis veces más largo que el de Berlín. Sin embargo, para Occidente –que fue tan sensible respecto al alemán– el muro israelí parece ser invisible. A diez años de su creación, la indiferencia se refleja en el silencio con que los medios internacionales hacen pasar desapercibido este aniversario.
“A fines de 2002 me encontré marchando por las calles de A-Ram, un pueblo palestino cerca de Jerusalén. La protesta era contra los planes de construir un muro en el corazón del pueblo; cuando los activistas locales me mostraron el plano del trazado, yo ingenuamente pensé que debía de haber un error. Mirando alrededor veía un pueblo como cualquier otro, con casas, comercios, oficinas y escuelas a ambos lados de la calle principal. ¿Cómo podía ser que un muro ...
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