Basta distraerse un instante para confundir a una promotora de la telefónica Claro con una repartidora de listas del Partido Colorado. En cierto sentido son iguales, ha subrayado el Bps: por ambas sus empleadores deben aportar a la previsión social, aunque los blancos hayan librado una larga batalla por evitarlo (sin desmedro de escandalizarse simultáneamente por el monto del déficit de la seguridad social). ¿Cómo viven estos trabajadores de la política una actividad que una vez fue pura militancia? ¿Qué decir desde la ética sobre estas actividades? ¿Esta mercantilización es irreversible?
Cuando las últimas elecciones nacionales, la
comunicación del Bps llegó en
octubre, el 3. Por correo electrónico el organismo comunicó a los partidos
políticos que, si iban a contratar personas para repar...
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