A los 19 años comenzó a tocar con Jaime Roos, y más
de dos décadas y siete discos solistas después, la modestia del guitarrista,
compositor y vocalista Nicolás Ibarburu goza de buena salud. No canta bonito,
dice, pero lo hace con una pasión que podrán llevarse a casa quienes asistan a
su recital en el Sodre.1
—A los 17 años recibiste un premio como
guitarrista revelación y dos años después estabas tocando en la banda de Jaime
Roos; anteriormente, ¿cómo se había manifestado esa precocidad?
—En
mi familia siempre hubo mucha música, que vivíamos como prioridad afectiva, no
profesional. Un tío abuelo, Alberto Podestá, gran pianista tanguero, tocaba con
Racciatti, y también debe de haber incidido que con mis hermanos, Martín y
Andrés, tocáramos instrumentos complementarios. Los tres arrancamos ...
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