A los admiradores del difunto coronel Gaddafi, sobre todo a aquellos que gravitan en la galaxia de la izquierda global y que tenían por él una devoción irrevocable, el libro de la periodista francesa Annick Cojean les va a caer como una bomba. A los demás amigos de Gaddafi, o sea, a los empresarios occidentales que hicieron negocios enormes en los últimos diez años, la obra los dejará tal vez pasmados.A lo largo de una investigación alucinante Cojean revela la densidad íntima del desaparecido coronel. Al igual que con el también difunto presidente iraquí Saddam Hussein, mucho se sabía sobre las andanzas y perversiones de sus hijos, pero poco de su intimidad. La periodista francesa descorre el telón de las habitaciones y allí aparece un escenario que deja al ex presidente del Consejo itali...
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