De corto en corto se llega lejos, demuestra el festival de cortometrajes Filmcito, que organiza la productora audiovisual cooperativa del mismo nombre y que por segunda vez ocupará la Sala Zitarrosa1 con proyecciones, música y una clase abierta.
—Productora audiovisual cooperativa, ¿eso qué significa?
—Entré este año a formar parte de Filmcito y tenía la misma duda que vos; nuestro funcionamiento es horizontal, no hay jefes ni empleados y tomamos las decisiones colectivamente. Tampoco hay “propiedad privada” de los cortos ni de los proyectos de realización, todos y todas trabajamos para la totalidad de las obras aunque cada una tenga, por lógica, directores y productores responsables. Volcamos todo el dinero que recibimos, de cualquier fuente, a la pasión de filmar. El embrión de Filmcito estuvo en un grupo de egresados de la Escuela de Cine del Uruguay, del que salió y entró gente hasta conformar un grupo de amigos y amigas que amamos –ya lo dije– (risas) hacer cine.
—Comenzaron a trabajar en 2015, ¿dónde muestran lo que hacen?
—En el ámbito del cortometraje los espacios de difusión, por excelencia, son los festivales; fuimos a unos cuantos en Uruguay, España, Italia, Latinoamérica, y recibimos premios. Más allá de que un reconocimiento siempre es un mimo, lo que nos gratifica, en esas instancias, es la oportunidad de difundir nuestro trabajo e invitar al público a que lo analice y debata.
—La presente edición del festival incluye una masterclass, ¿en qué consiste?
—El objetivo es que un exponente con trayectoria internacional en el área de la realización cinematográfica comparta, en una charla abierta, sus experiencias y reflexiones. El mundo del cine se nutre mucho del intercambio, y creemos que es bueno –para realizadores de cortos y videoclips, y para la aún incipiente industria del cine uruguayo– dialogar con quienes, en otros contextos, han sabido sortear algunos desafíos.
—¿La idea de sumar música en vivo al festival fue de ustedes o de la sala?
—De la productora; en el festival anterior la cantante Papina de Palma hizo un cover del tema “Recuérdame”, de la película Coco, y en este la cantante Alfonsina hará la apertura. También estará el dúo Mux musicalizando en vivo escenas de Los tiburones, la película uruguaya escrita y dirigida por Lucía Garibaldi. Nos gusta mezclar lenguajes, más allá de lo emparentados que están, desde siempre, la música y el cine.
—¿A qué adjudicás la gran convocatoria que tuvieron el año pasado en la primera edición de esta muestra?
—Más allá de que con la gente del audiovisual y del cine acostumbramos apoyarnos mutuamente en las actividades, creo que el festival atrae porque es el único espacio donde podés disfrutar de una gama variada de cortometrajes y videoclips de alta calidad que están produciéndose hoy en Uruguay y el exterior. Sólo en el festival podés verlos, porque a pantallas de cine, por distintas razones, es difícil acceder.
—Este año el festival presenta una serie de ficción.
—Sí, titulada Hay un monstruo en mi casa; la integran cuatro capítulos unitarios que parten de la “monstruosidad” como disparador creativo y transcurren en la habitación de una casa como única locación. Hay monstruos simbólicos y literales, que existen en todos los domicilios y son pequeños, enormes, fantásticos y que, a veces, hasta se nos parecen. Los capítulos oscilan entre comedia y drama, pasando por el supenso. Duran de siete a once minutos y fueron financiados por ingresos del festival del año pasado y el apoyo de distintas empresas. Una cantidad importante de amigas y amigos invirtieron tiempo y trabajo honorario para hacer realidad estas realizaciones; estamos muy contentos y contentas de estrenar.
—Durante un buen tiempo el teatro para niños fue tomado, por dramaturgos y actores, como un campo de entrenamiento para el salto a las ligas mayores, de poca exigencia y nula relevancia. ¿Qué lugar ocupa el cortometraje, como arte, en la percepción de creadores y destinatarios?
—Lo que decís es tal cual, muchas veces se considera al corto como paso previo, casi obligatorio, de la realización de un largometraje. En Filmcito consideramos, junto con muchas personas, que el cortometraje tiene virtudes artísticas en sí mismo, comenzando por su capacidad de contar una historia en pocos minutos y provocar, en esa brevedad, emociones y pensamientos. Esto se vincula con lo que hablamos antes sobre el cine uruguayo, que es joven, pero, al mismo tiempo, cada vez más diverso. Diversidad que vino a favorecer movimientos sociales como el feminismo, cuya sensibilidad impactó en todas las áreas de la realización.
1. Festival Filmcito. Muestra de cortometrajes nacionales e internacionales producidos por cineastas emergentes o independientes, con música en vivo, organizada por la productora de audiovisuales de ficción Filmcito Producciones; el martes 22 de octubre a las 21 horas en Sala Zitarrosa.