Anna Karina ha muerto y las mismas palabras se repiten en los titulares: ícono, símbolo, musa, leyenda. Fue el rostro de todo un movimiento, pero sobre todo es la actriz que convirtió en emblemáticos los films “Una mujer es una mujer”, “Pierrot el loco”, “Alphaville” o “Asalto frustrado”. Anna Karina ha muerto y, tras la partida de Agnès Varda en marzo, toda una era del cine se apaga, dejándole, gentilmente, la última palabra a Jean-Luc Godard. Algunos sueños pueden estar fabricados en Hollywood, pero a los nuestros los creó la nouvelle vague. No hay escenas que nos conmuevan más que el bailecito en el café Le Vincennes y la carrera por el Louvre de Asalto frustrado –en un récord de nueve minutos y 43 segundos, aunque el atrevido de Bertolucci ose reclamar haberlo quebrado en Los soñadores...
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