En 1980, cuando cruzó por última vez una calle que conocía bien, la rue des Écoles, Roland Barthes tenía 64 años y se encontraba en la cima de su carrera. Venía de almorzar con un grupo de artistas y políticos franceses entre los que se encontraba el futuro presidente François Mitterrand. Al salir, fue atropellado por una camioneta de lavandería y murió un mes más tarde, a consecuencia del accidente. Desde 1997, una (pequeña) calle de París lleva su nombre.
VITA NOVA. Entre los proyectos y manuscritos que quedaron inconclusos con su muerte, uno de ellos, difícil de clasificar, se denomina “Vita nova”. Su obra, su figura y su lugar en el campo intelectual francés, signados por múltiples desplazamientos, también son difíciles de clasificar, pero parece claro que en torno a 1977 había comenza...
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