Con Jorge Schellemberg
El director de la Sala Zitarrosa presentó la nueva programación de un espacio que supo ser emblemático y que apunta con mucha energía a recuperar la centralidad en la agenda de espectáculos montevideana.
—Cuando se inauguró la Sala Zitarrosa el mapa de salas del Centro era muy diferente. Para empezar, el Solís no era lo que es hoy, no estaba el sodre, ni la Zavala Muniz. ¿Cómo afectaron estos cambios a la sala y su gestión?—Cambió todo. Cuando surge la Zitarrosa el teatro Solís estaba cerrado. Estaba abierta la Sala Verdi pero no había sido remozada. No estaba abierto el sodre, salvo la Sala Brunet, que hoy es la Nelly Goitiño, que estaba en un estado muy malo. Realmente hubo un cambio muy importante en estos años. Se inaugura, además, la Zavala Muniz, que tiene un...
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