La conferencia de prensa en la que se anunció esta cifra fue, una vez más, en la sede de la Fucvam. El anfitrión, Gustavo González, secretario general de la organización que nuclea a las cooperativas de vivienda de ahorro mutuo, dijo que era «un momento de mucha tensión, pero también de mucha alegría», saludó a la militancia que está «sacando esta gran campaña y esta nueva hazaña» y llamó «a seguir firmando, que estamos cerca de la meta y vamos a llegar», para lo que «tenemos que redoblar día a día y buscar las firmas que aún nos faltan».
Amira Fagúndez, de la Federación de Estudiantes Universitarios, afirmó que «estamos construyendo una parte de la historia de nuestro país» y que «para nosotros es muy importante sumar a la juventud uruguaya a esta gran hazaña, ponerle la firma al futuro es algo que nos compromete». Y añadió: «La Ley de Urgente Consideración (LUC) viene a golpear el derecho a la educación pública, el derecho a un trabajo que sea digno, a una vivienda digna. Por eso, con las ganas de cuestionar todo y construirlo de nuevo, vamos a salir a juntar las firmas que faltan».
Javier Miranda, del Frente Amplio, reconoció a las y los militantes que han hecho «un campañón, con pandemia, con negativa a extender plazos». A quienes todavía no firmaron, dijo: «¿Qué esperan? Imaginate lo que será Uruguay el 10 de julio. Hay un cambio cualitativo sustancial. Hay que animarse a la esperanza, pero también al desafío que significa conseguir las firmas. Sabemos que no es fácil, para eso necesitamos más esfuerzo, más compromiso, que miles y miles salgan en estos días a buscar cada firma para hacer posible este referéndum, para que la gente se exprese, para que haya ejercicio de la democracia directa. Es un desafío precioso».
Tamara García, por la Intersocial Feminista, remarcó que «tenemos miles de compañeros y compañeras que todavía no tienen idea de lo que es la LUC, y algo tan importante tiene que ser discutido por las grandes mayorías. Estamos en los descuentos, nos queda poco para llegar y esta hazaña es posible. A no desanimarse, no queda nada, son dos fines de semana. Es ir al almacén a buscar una firma. Así el 8 hacemos una gran fiesta cuando vayamos a entregarlas».
El encargado de anunciar el número fue el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, que calificó la cifra alcanzada de «imponente» pero «no suficiente»: «Al día de hoy no llegamos a las firmas. Tenemos 17 días para juntar unas 130 mil firmas». Coincidió con quienes lo antecedieron en el uso de la palabra en que con un gran esfuerzo militante este objetivo es posible.
Brecha consultó sobre este punto al politólogo y profesor de la Universidad de la República Daniel Chasquetti, que, teniendo en cuenta los anuncios de los números de firmas que se fueron haciendo, elaboró un modelo para proyectar las firmas que se alcanzarían. El analista explicó que «la proyección indica que no se llega», ya que «el pronóstico indica 630 mil firmas» para la fecha límite. Para llegar, «debería haber un cambio sustantivo del ritmo de recolección», a lo que se agrega que «siempre hay un descarte por errores o repeticiones de más menos 10 por ciento».
Respecto a las razones para el optimismo, Fernando Pereira argumentó: «Desde el principio se habían marcado cinco etapas y estamos entrando en la última, que se supone que es el momento, en la historia de los referéndums, en el que más firmas se juntan. No esperamos que sea esta la excepción. Por ejemplo, en los referéndums en los que se llegó a las firmas, los últimos 15 días siempre fueron aluviones. En los referéndums contra la ley de caducidad, o por ANCAP, en las últimas dos semanas se juntó una cifra superior a las 120 mil firmas. Entonces es esperable que en este empuje final pueda llegarse. Si el ritmo que se ha sostenido durante la última semana se mantiene, vamos a llegar a 700 mil firmas. Si no logramos mantener ese ritmo de recolección, no».
El dirigente sindical señaló que de aquí en más las estrategias van a ser variadas: «El domingo 27 de junio se van a colocar cientos de puestos en todo el país, el 28 los jóvenes van a hacer también la colocación de cientos de puestos y también golpear puerta a puerta. Va a seguir funcionando el delivery. Pero una cosa que va a determinar si se llega o no es que miles de uruguayos, independientemente de pertenecer o no a las organizaciones que convocan, agarren una tablita, una almohadilla y salgan a juntar cuatro o cinco firmas y las encuentren». Para esto, hay «miles de papeletas, tablitas y almohadillas en las sedes del PIT-CNT y el Frente Amplio» y las personas «se pueden anotar en la página yofirmo.uy». Si se dan estos fenómenos, que, según Pereira, se han dado en otros referéndums, «vamos a estar muy cerca de entregar 700 mil firmas o más, o sea, el optimismo no es un optimismo pasional, sino que está basado en datos de otros referéndums, en la experiencia de muchos que hemos participado de estas experiencias y en el crecimiento de la militancia que se está sumando activamente».
Al consultarle sobre la posibilidad de un escenario en el que se llegue a las 670 mil firmas –que conforman el 25 por ciento del cuerpo electoral–, pero no a las 700 mil que se propuso el PIT-CNT, Pereira dijo que «si pasamos el umbral de 670 mil, las vamos a presentar, porque partimos de la base de que los que juntan firmas no son expertos en sacar huellas, sencillamente son militantes que salen con un mínimo de instrucción y sacan una huella que puede estar mejor o peor, pero lo más importante es que la firma de las personas que tuvieron la voluntad de firmar valga. La huella es una comprobación de que la firma es la real. Pero estamos confiados en que vamos a superar ampliamente ese número».
Cadena negada
El miércoles, una delegación de la Comisión Nacional Pro Referéndum llegó hasta la Torre Ejecutiva con una carta en la que se solicita al presidente de la república que se conceda a la campaña una cadena nacional de radio y televisión, argumentando, entre otras cosas, que «las medidas de distanciamiento físico y de restricción de derecho de reunión aprobadas han supuesto una dificultad adicional innegable para la recolección de firmas y para las acciones de difusión que una campaña de estas características requiere». Casi inmediatamente de entregada la carta, trascendió en varios medios de comunicación que la cadena había sido negada. La negativa oficial llegó el jueves, con una carta en la que el Ejecutivo argumentó que «la política de comunicación adoptada por este gobierno, en relación con dicho recurso, contempla únicamente necesidades de carácter nacional que incluyen a las instituciones de gobierno», pero que, no obstante, «la Presidencia de la República hará las gestiones necesarias para que dicha comisión pueda transmitir su mensaje a través de un espacio en los medios públicos». En conversación con Brecha, Fernando Pereira alegó que el gobierno debería «habilitar una excepción», como ya lo hizo «cuando el ministro de Educación y Cultura habló del genocidio armenio». Recordó que el gobierno anterior había otorgado la cadena «a la campaña Vivir sin Miedo, a la campaña de [Carlos] Iafigliola y a la Cámara de Industrias». Al consultarle sobre el uso de los medios públicos, dijo que «es una opción» y que también se cuenta con la posibilidad de «generar medios alternativos».