Después del referéndum, la política uruguaya entró en una nueva etapa. No solo por el fin de la crispación y la movilización de la campaña. La semana siguiente de la votación, el gobierno decretó el fin de la emergencia sanitaria, lo que produjo un gran desahogo y llenó los teatros y los ómnibus de gente sin tapabocas. Esa misma semana, repentinamente, los grandes medios de comunicación, junto con muchos actores políticos, reconocieron la profundidad de la crisis económica y social, que hacía meses se sentía en las calles y los bolsillos. Esto aumentó la presión sobre el gobierno, que acusaba el golpe del parejo resultado del referéndum. Se desencadenó entonces una serie de discusiones sobre las medidas de corto plazo, las reformas y la oferta electoral para 2024. El gobierno reaccionó tom...
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