Mientras el gobierno argentino insiste en los beneficios alcanzados y en defender la “década ganada” del modelo K, que se autodefine “nacional y popular”, surgen contradicciones e incertidumbres que enervan los ánimos y provocan justificadas tensiones en los diversos sectores sociales, dentro del país, a nivel regional e internacional.
Cuando el gobierno expropió el 51 por ciento de la empresa Repsol de España habló de la nacionalización del petróleo y la recuperación de la soberanía. Sin embargo, ahora firmó un contrato con la empresa estadounidense Chevron, brindándole ventajas inéditas. ¿Qué significa esto para nuestra soberanía nacional? Pongamos en evidencia algunas de las consecuencias del flamante acuerdo de ypf con la petrolera trasnacional.La empresa Chevron-Texaco, después de 2...
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