Mientras desplaza a los civiles palestinos, Israel modifica la geografía de Gaza: Arquitectura de ocupación - Semanario Brecha
Mientras desplaza a los civiles palestinos, Israel modifica la geografía de Gaza

Arquitectura de ocupación

A ocho meses del 7 de octubre, los planes a largo plazo del Ejército israelí para Gaza se están mostrando con más claridad. Imágenes satelitales y testigos presenciales indican que Israel está dinamitando viviendas, aplanando predios y levantando estructuras que le permitirán operar dentro de Gaza en los años venideros.

↑ Edificios destruidos por los bombardeos en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, el 12 de noviembre de 2023. MOHAMMED ABED

Desde el comienzo de la invasión, las Fuerzas de Defensa de Israel han demolido edificios a lo largo del borde oriental interno de la Franja de Gaza, como parte de lo que ampliamente se cree que es un plan para establecer una zona de amortiguación de un quilómetro de ancho entre Gaza e Israel –equivalente a 16 por ciento del territorio de la Franja– a la cual los palestinos tendrán prohibida la entrada. Concretar este plan desplazaría permanentemente a miles de civiles y afectaría gravemente al ya limitado sector agrícola de Gaza.

Sin embargo, esta zona de amortiguación no es la única forma en la que las fuerzas armadas israelíes podrían transformar permanentemente la geografía gazatí. Desde octubre, el abandonado checkpoint de Netzarim, que el Ejército israelí operaba antes de su «retirada» de Gaza en 2005, ha sido ampliado a una carretera de 6,5 quilómetros de largo que divide la franja de lado a lado. Las imágenes de satélite muestran ahora el nuevo «corredor Netzarim», que se extiende desde la frontera oriental de Gaza con Israel hasta el mar Mediterráneo, así como una extensa construcción de unidades habitacionales, torres de comunicaciones y otras infraestructuras. Al construir puestos de avanzada a lo largo de este corredor, el Ejército podrá controlar y restringir el movimiento en toda la Franja y continuar llevando a cabo operaciones terrestres.

Esta destrucción desenfrenada de propiedad privada y la ocupación de territorio fuera de las fronteras reconocidas de Israel son una violación flagrante del derecho internacional, con consecuencias inmediatas para la población civil de Gaza. Además de la pérdida de sus tierras y hogares, los palestinos que fueron desplazados al sur de la Franja por los ataques israelíes ahora se ven físicamente impedidos de regresar al norte.

Tasnim Ahal, una estudiante de 21 años de la ciudad de Gaza, fue desplazada a Rafah a finales de marzo. «Mi padre inicialmente se negó a abandonar la ciudad de Gaza y mudarse al sur, por lo que vivimos durante casi seis meses mudándonos de un área de la ciudad de Gaza a otra», dice Tasnim a +972 Magazine. Ella y su hermana finalmente decidieron huir a Rafah, con la esperanza de sobrevivir para completar sus programas académicos y perseguir un futuro mejor.

Intentaron huir en un momento estratégico. «La última vez que el hospital Al Shifa fue allanado durante el mes de ramadán, me despedí de mi familia, y mi hermana Sama y yo nos fuimos a caminar hacia el sur. Le dije a mi familia que el Ejército estaría ocupado asaltando el hospital y no nos encontraríamos con tanques en el camino, pero estábamos equivocadas.»

A poco de caminar, Tasnim se encontró con lo que describe como una «base militar completa» en Netzarim, con tanques israelíes deambulando por la zona. «Vi soldados vestidos de civil, caminando junto al mar. Estaba claro que estaban viviendo allí y que se habían construido una base para ellos.» Sama, la hermana de Tasnim, de 19 años, observó «decenas de soldados» en la zona, equipados con dispositivos de vigilancia facial, «como si el área estuviera completamente ocupada».

Tasnim y Sama describen cómo las siguió un tanque hasta que llegaron a un grupo de soldados israelíes. «Los soldados nos dejaron pasar… pero nos soltaron perros y nosotras no miramos atrás. Vimos la ciudad de Gaza por última vez hecha un montón de cenizas y nos despedimos de ella, con la esperanza de volver pronto.»

A medida que el Ejército israelí amplía la zona de amortiguación que separa Gaza de Israel, los palestinos presencian la destrucción de sus hogares y aldeas. Khaled Taima es del pueblo Khuza’a, que se encuentra al este de Jan Yunis y que ahora queda dentro de la zona de amortiguación ampliada. Si bien aún no ha visto ninguna actividad de construcción, señala a +972 que «el Ejército dinamitó muchos de los edificios en Khuza’a y también pasó aplanadoras por muchos terrenos allí», arrasando con bloques de viviendas enteros. Taima ha intentado en repetidas ocasiones regresar a Khuza’a, pero cada vez que lo hace «los tanques nos disparan».

Esta destrucción parece ser constante a lo largo de todo el perímetro oriental de Gaza. Rami Obaid, residente de la ciudad de Beit Hanoun, en la esquina noreste de la Franja, dice a +972 que estaba preocupado por «los efectos de la destrucción y el aplanamiento extensivos» en áreas cercanas a la valla fronteriza, especialmente para aquellos que habían perdido sus hogares y tierras como resultado de la ampliación de la zona de amortiguación. «No podremos volver a nuestras casas si el Ejército lleva a cabo su plan», lamenta Obaid.

Antes del 7 de octubre, Israel había mantenido por largo tiempo una zona de amortiguación de 300 metros robada al territorio de Gaza, y de forma rutinaria disparaba y mataba a los palestinos que entraran en ella. Solo se permitió la entrada a la zona a un pequeño número de agricultores con la aprobación previa de las fuerzas armadas israelíes.

Esta zona fue también el sitio de la Gran Marcha del Retorno de 2018, donde los palestinos se reunieron todos los viernes durante más de un año para pedir el fin del bloqueo de Israel a Gaza y la implementación de su derecho al retorno reconocido por la ONU. Los manifestantes fueron recibidos con una violencia feroz: durante 18 meses, francotiradores israelíes mataron a 223 palestinos e hirieron a más de 8 mil personas, incluidos médicos y periodistas.

Ahora, las autoridades israelíes afirman que es necesaria una ampliación masiva de la zona de amortiguación para que los israelíes puedan regresar a las ciudades que rodean la Franja de Gaza, que fueron evacuadas tras los ataques liderados por Hamás el 7 de octubre. Pero esta parece ser también una medida estratégica de Israel para fortalecer su posición en futuras negociaciones, según Reham Owda, analista política de Gaza.

«El día después de la guerra, la comunidad internacional querrá volver a negociar una solución de dos Estados, y si la Autoridad Palestina toma el control de Gaza, tendrá que negociar con Israel para que su ejército evacúe la zona de amortiguación», explica Owda. «Estas áreas tendrán el mismo destino que las tomadas por Israel en Cisjordania: los palestinos tendrán que negociar para recuperarlas.»

Owda cree que la zona de amortiguación israelí puede extenderse a lo largo de toda Gaza, incluida la zona oriental de la ciudad de Rafah, donde el Ejército israelí comenzó su incursión a principios de mayo.

En toda Gaza, la destrucción de viviendas y la confiscación de tierras por las fuerzas de Israel es una señal ominosa para el futuro de la Franja. La esposa de Rami Obaid, que fue desplazada a un campamento en Deir al Balah, le dijo que «ahora hay torres de vigilancia y cámaras a lo largo de la carretera [costera], y… cuadricópteros y aviones de reconocimiento que monitorean el área e impiden que los ciudadanos regresen al norte». A medida que Israel expande y consolida esta arquitectura militar, observa Obaid, «es como si Gaza quedara completamente bajo su control».

(Publicado originalmente por los medios israelíes +972 Magazine y Sikha Mekomit. Traducción de Brecha.)

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