La foto tan anunciada en la previa finalmente tuvo lugar, y también un breve encuentro seguido de efectos concretos: los presidentes de Estados Unidos y Cuba se dieron la mano ante cámaras, dijeron lo que se tenían que decir, seguramente en función de un libreto prenegociado y acordado, y a los pocos días empezaron a verse los resultados. Así, tras detallar con minucia la historia reciente de Estados Unidos en relación con la isla y el continente, su apoyo al terrorismo de Estado y a “gobiernos neoliberales”, Raúl Castro tuvo el cuidado de sacar de la troya al estadounidense: “Estoy convencido de la honestidad del presidente Obama” y de que “nada tiene que ver” con esa historia, dijo. También le tendió la mano al mulato presidente estadounidense el venezolano Nicolás Maduro: se reunió diez...
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